miércoles, 11 de abril de 2007

Darse de alta o abrir una cuenta

Como ya comenté, la mayoría de los bancos que funcionan prácticamente con oficinas tradicionales exigen la presencia física del cliente para darse de alta con el fin de evitar los fraudes. Cuando nos presentamos en una oficina a abrir una cuenta exigen el DNI o pasaporte, pues de esta forma se supone que la persona que está en la oficina es realmente quien dice ser. Se amparan en que esta es la forma más segura de evitar fraudes, pero ¿No se falsifican con “normalidad” los DNI y los pasaportes? Con esta pregunta lo que pretendo señalar es que si existieran claves o firmas digitales personales, ¿No sería tan seguro un DNI como estas claves? ¿No podríamos entonces abrir una cuenta on-line con la misma facilidad que se hace en la oficina? Esta claro que estas claves deberían contar con una amplia gama de medidas de seguridad, pero podría ser posible.
Desde la propia Administración del Estado se plantea esta misma duda. Es necesario mantener la privacidad y preservar la integridad de los medios electrónicos. Para ello podría ser apropiada la firma electrónica incorporada al DNI, la cual será un método de identificación tan fiable como el propio DNI, pero que permitiría al usuario realizar todo tipo de solicitudes y órdenes dadas a través de cualquier medio electrónico, manteniendo los derechos de los ciudadanos.
La Firma electrónica sería, según el artículo 3 de la Ley 59/2003, de 19 de diciembre, “el conjunto de datos en forma electrónica, consignados junto a otros o asociados con ellos, que pueden ser utilizados como medio de identificación del firmante”. Es decir estamos hablando de una forma completamente segura de acceso a información.
Ya hay algunos bancos que permiten abrir cuentas con solo el DNI de forma on-line, pero es comprensible que se sienta cierto reparo por parte de los consumidores por los posibles fraudes, entre ellos el phising del que ya hemos hablado.
Lo que quiero decir con esto es que es posible que en unos años no sea necesaria la oficina bancaria para esta función, que es probablemente una de las que los defensores de la banca tradicional se empeñan en argumentar.
En segundo lugar hablábamos de la apertura de cuentas. La mayoría de los bancos tradicionales ya lo dejan hacer, pero como he comentado, los tiempos son excesivamente elevados para la mayoría de ellos (consultar la página de consumer.es para los datos), sin embargo, de los problemas que se pueden presentar este podría ser el menos importante. Es posible que ahora sea así, pero es totalmente racional pensar que esto se deba mejorar, tanto para mejorar la competitividad del banco o caja en cuestión como para mantener a los clientes. Hoy la banca on-line es complementaria, pero dado que en un futuro pueda ser la que utilicemos todos, deberían empezar a plantearse reducir estos tiempos hasta igualarlos a los que cuesta abrir una cuenta en un banco tradicional hoy en día.

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